Cuando perdemos a un ser querido,
sentimos un dolor desgarrador, del que creemos y sentimos que jamás nos vamos a
recuperar. A la vez, sobre todo en los primeros momentos, tenemos la sensación
de irrealidad, de que esto no puede estar sucediendo.
No voy a escribir sobre las tantas
veces repetidas fases del duelo. Lo que me interesa en este artículo es dar una
visión más humana, explicar los motivos por los que tenemos determinados
sentimientos, así como trasladar la idea de que el duelo es un proceso que
tiene un final. No es eterno, y no es ilimitado.
Entre los sentimientos que
experimentamos en el duelo, se encuentran la pena, el bloqueo
emocional, la incredulidad, la culpa, la rabia y la incapacidad
para interesarnos por el mundo que nos rodea.